En el post anterior, compartimos la primera parte de lo que fue este viaje.
Lo hemos hecho de esta manera porque son taaantas cosas, que estaba resultando muy largo!, pero está interesante. Ve a verlo AQUÍ si aún no lo has hecho 😀
DÍA 2
A la mañana siguiente, nos levantamos temprano y gracias a Dios ya muchísimo mejor.
Ya no nos sentíamos tan mal, por lo que decidimos continuar con el viaje.
El pueblo más cercano era Tanta, según el señor Mesías, se encontraba como a 40 minutos. Mientras alistábamos las cosas, nos habrán dado las 8:30 de la mañana, por lo que entonces decidimos llegar hasta Tanta para desayunar.
Si llegan a Carhuapampa, busquen al señor Mesías, de verdad que es super buenísima gente, y seguro que como para nosotros, será su salvador – 😀 , Además les ofrece guardar la moto y te ayudará en todo lo que se encuentre a su alcance, es lo máximo.
Salimos de Carhuapampa mirando en el mapa hacia dónde estaría el desvío a Tanta, ya que como mencionamos en el post anterior, cuando pasamos no lo vimos; y por poco y lo perdemos nuevamente. Tiene un letrero casi imperceptible a un lado del camino que no parece que fuera la indicación de la vía, pero ahí está amigos, solo vayan muy atentos. Se encuentra más o menos a unos 4.2 km saliendo de Carhuapampa.
La carretera sigue derecha. Sabrán que van bien al llegar al cruce el puente «Quishque»
Nuevamente y poco a poco, el camino se va poniendo un poquito más complicado y en subida. La altura nuevamnete comienza a llamar al soroche que comienza a hacer efecto en nosotros. Eso sí, en cada curva se abría un paisaje hermoso, lagunas y quebraditas.
La moto empezó a recalentarse un poco por la fuerza y la altura, pero tuvimos la gran suerte de justamente cruzar un riachuelo en medio de la vía, el cual pudimos aprovechar para enfriarla echándole esa agua super helada y tan critalina. Después de la refrescada pudimos continuar con normalidad.
Debe haber sido al rededor de 2 horas de camino pasando también por partes muy altas, creemos que poco más de 4500 msnm; cuando se abrió ante nosotros una laguna impresionantemente grande. que a medida que la recorríamos dejaba ver al final y a lo lejos un pueblo aproximarse.
Es así que finalmente llegamos a TANTA
Tanta
Solo empezar a entrar al pueblo y ya empezamos a notar lo bien organizado que está.
Nos impresionó bastante, el pueblo es realmente muy bonito. Lo primero que hicimos fue darle una vueltesita para apreciarlo bien – Lo malo, aquí tampoco nos llegaba la señal de Movistar 😒
Acto seguido, buscar un lugar dónde «des-almorzar«, pues estábamos ya con mucha hambre, además del dolor de cabeza fuertísimo y malestar por la altura – Por cierto, Tanta está al rededor de los 4200 msnm – . Debían de rondar casi las 11 am
NOTA: Definitivamente recomendamos que al hacer ésta ruta, te programes y hagas lo posible para poder pasar la primera noche en Tanta, pues es un pueblito mejor preparado y cómodo para recibir al turista, donde podrás encontrar más fácil lo que es hospedaje, restaurantes y hasta un centro médico.
Ni bien entrando al pueblo vimos un restaurante abierto de nombre «El Paisanito», y fue directo a ese que nos dirigimos sin dar más vueltas.
Un ambiente bastante agradable y limpio, salió a atendernos una nena muy amable y atenta. No recordamos exactamente su nombre, pero creemos que nos sonaba algo similar a «Merly», muy linda ella, es hijita de la dueña del lugar, que es quien cocina y delicioso por cierto. Compramos un par de truchas fritas a S/10 cada una, y unos tesitos de coca. Sentimos que esas fueron las mejores truchas que hayamos probado, REAL. Estuvieron deliciosas y nos recompusieron muchísimo – Les ponemos fotos para que se antojen :p
Al terminar de comer y ya al fin muy satisfechos, pagamos la cuenta y compramos ahí mismo – cuentan con una pequeña bodeguita – unos chocolates, caramelos de limón, Gatorade y agua para el camino – Dicen que ayudan un poco con la altura.
Si bien ya nos encontrábamos más recuperados, aún sufríamos con los constantes dolores de cabeza y contábamos con ya apenas y un par de pastillas para el dolor – Y de las que poco nos servían – Entonces nos dirigimos hacia el centro de salud esperando que nos pudieran atender, y gracias a Dios y sí había alguien que nos pudo vender unos cuantos paracetamol. Los tomamos ahí mismo y ya luego nos despedimos del pueblo y tomamos ruta nuevamente hacia Huancaya.
Es a partir de aquí que prácticamente entramos de lleno a lo que es La Reserva Nor Yauyos.. y es impresionante.
ADVERTENCIA: Si al llegar hasta este punto les pareció que los paisajes eran impresionantes, no tienen idea de lo que les espera de aquí en adelante.
Cada río, laguna o paso de agua que pudiéramos ver, tenía unos colores turquesas increíbles, nunca habíamos visto aguas más bonitas en nuestra vida. Realmente unos paisajes de espectáculo.
Y aunque de todas maneras seguimos en subidas de altura que nos seguían generando malestares, ya eran en menor grado que el día anterior. Suponemos que nos habíamos «medio» aclimatado, y sumado a eso la ayuda de las pastillas, ya a este punto nuestro cuerpo nos permitía disfrutar un poco más por encima del malestar.
A continuación los dejamos con algunas fotos del camino ❤
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Queda muy corta la cantidad de fotos comparado con lo impresionante de estos paisajes.
Escribir este post ha sido volver a revivir todo ello y realmente ¡Qué ganas de repetir!, definitivamente lo haríamos sin dudar – Pero claro, ya lo haríamos mejor preparados 😜
Vilca
Debieron de transcurrir entre 2 a 3 horas de camino, si mal no recordamos, hasta que llegamos a Vilca.
Un pueblito bastante pequeño pero encantador, tranquilo, con un espíritu grande; nos enamoró. De hecho, pensamos que cuando podamos volver, nos quedaremos aquí en vez de Huancaya.
Si tienen tiempo, podrán hacer varias caminatas aquí. El bosque del amor, mirador Cantagallo, la laguna Papacocha de aguas turquesas, hermosas.
Aprovechamos parar en Vilca, había una carpa vendiendo comidas y snacks, nos compramos un choclo con queso y chicha, ¡Buenazo!. Si desean también venden truchas, chicharrones, entre otras cosas 😋
Luego dimos una vuelta por el pueblito, y dimos una pequeña caminata cerca a la cascada hermosa que adorna Vilca.
Seguimos nuestro camino hacia Huancaya, y aunque suene repetitivo amigos, ¡Qué hermosos paisajes! 😍
Cada vez aparecen más y más lagunas, y esas aguas turquesas increíbles 🤤🤤 es que uno se derrite de tanta belleza.
Debieron de ser entre una media hora a 40 minutos que hicimos desde Vilca hacia Huancaya – De seguro puede que sea algo menos, si no paras tanto en el camino como nosotros 😜
Huancaya
Y lo que en algún momento parecía ser imposible de conseguir POR FIN aparecía ante nuestros ojos… chan chan CHAAAAN… ¡El Cartel de Huancayaaaaaa! Habíamos llegado AL FINNN! 😭
Nos deben de haber dado más o menos las 5 de la tarde cuando llegamos. Era domingo, y nuestra primera impresión fue que había bastante gente en el pueblo, aunque la mayoría esperando movilidad para su retorno a Lima, otros tomando lo que serían sus últimas fotos. Se notaba que había sido un fin de semana movido, aunque imaginamos que todos deben de serlo en Huancaya, al haberse vuelto tan popular.
Definitivamente Huancaya es un destino turístico, por lo que aquí ya es más fácil encontrar hospedaje y restaurantes, aunque claro, también con una oferta mucho más elevada que todo lo que habíamos visto hasta ahora, pero se puede buscar.
Lo primero que hicimos fue dar una vuelta al pueblo como para ubicarnos bien, y también a manera de ver los posibles lugares donde pudiéramos hospedarnos. Después de preguntar 2 lugares (un poco caros) y de ver otro par sin disponibilidad, tuvimos suerte de que se liberara una habitación en el hospedaje municipal que queda justo en la plaza, el cual tuvo un costo de S/50 la habitación matrimonial con baño privado (Solo disponen de 2 de este tipo, las demás son con baño compartido) El precio de la habitación no incluye WiFi. Si deseas, puedes pagar en recepción para que te den una contraseña por 1 par de horas. Al fin nos pudimos comunicar bien con nuestras familias utilizando el WiFi del hospedaje 😭, aunque nuestras señales seguían muertas.
Sumamente agotados, decidimos darnos un baño y descansar un poco antes de salir a buscar algo de comer. Ya en ese momento nos podía más el cansancio que el hambre.
Un par de horas más tarde y una siesta después, salimos en busca de un lugar donde «Almorcenar«. Ya por éstas horas y siendo domingo, no encontramos mucho de dónde escoger, así que después de dar un par de vueltas optamos por uno de los pocos restaurantes que encontramos abierto. Para variar, pedimos un par de truchas fritas 😜 a S/15 cada una, pero esta vez con su Inca Kola. Y aunque no estaba mal la trucha, extrañamos mucho las de Tanta – De hecho, las extrañamos hasta el día de hoy, estuvieron así de buenas 🤤
DÍA 3
Nos levantamos temprano para poder aprovechar de visitar algunos lugares, pero claro, antes que todo, buscar dónde desayunar.
Salimos a buscar, pero aunque parezca mentira, no encontramos lo que esperábamos.
Nos imaginábamos un desayuno de campo, con leche fresca, choclito con queso, humitas, pan de la zona… Pero no amigos, fue grande nuestra decepción al ver que los pocos lugares que habían abiertos ofrecían lo mismo que encuentras en Lima en cualquier esquina (pero a precio turista :|)… Café instantáneo o leche de tarro con milo, pan con huevo frito o pan con palta y así… No nos quedó más que conformarnos con eso. Pensamos que quizá se haya debido al hecho de haber sido lunes y no fin de semana, así que quizá haya esperanza, pero bueno🙄
En Huancaya hay varias cosas para visitar, dependiendo la cantidad de tiempo del que dispongas.
Sin ir muy lejos, puedes visitar el puente colonial que es muy bonito y típico en Huancaya, de donde se ven la mayoría de fotos en internet. También puedes visitar el Museo de Huancaya que queda en la plaza.
Yendo un poco más lejitos puedes ir a la Laguna de Hualhua, Laguna de Chuchupasca, las cascadas y mirador del Carhuaíno, Laguna Piquecocha, entre otros lugares.
Nosotros tratamos de hacer una visita rápida, ya que debíamos emprender viaje de retorno por la tarde.
Los dejamos con algunas fotitos de nuestro pequeño turismo por Huancaya 😄
Nos dio medio día y ya era hora de partir.
Subimos las cosas a la moto que ya habíamos dejado listas antes de salir del hospedaje, compramos un par de botellas de agua, Gatorade para el camino, unos chocolatitos también y emprendimos el camino de vuelta. Optamos por hacerlo por la vía que iba hacia Lunahuana, así conocíamos la ruta completa.
Los paisajes saliendo de Huancaya en dirección a Lunahuaná siguen siendo bellos. Una vista del valle preciosa, algunas lagunas también.
Aquí viene la buena noticia, más o menos a 1 hora saliendo de Huancaya… ¡¡Empieza la pistaaaaaa!! 🤩 Fue tan hermoso después de tanta trocha por tantos días.. Uffff, ¡como un premio!
Deben ir con mucha precaución por aquí, la vía es bastante estrecha y hay zonas de muchas curvas por donde no podrían pasar 2 autos juntos; y sumado a esto, muchas de las «combis» o Vans con pasajeros que transitan estas rutas pasan a lo loco sin tener ni pizca de cuidado, por lo que tú debes ser quien vaya a la defensiva. Dicho esto, también hay que decir que éstas pistas también tienen su encanto, si parecía que andábamos por algún cañón de película, impresionante.
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A más o menos 2 horas de camino, ya el paisaje empieza a ir cambiando poco a poco, dejando ver cada vez más atisbos de los grises y hierba seca típica de la árida Lima. Y las aguas turquesas que lo acompañan a uno en el camino terminan en una represa, desde donde comienza en adelante el río Cañete que todos conocemos, grisesito y común – Estuve muuuuy pendiente de ver dónde era que el agua cambiaba, y lo vi.
De aquí en adelante es más o menos 1 hora u hora y media hasta Lunahuaná, donde paramos a almorzar en un restaurancito en las afueras donde llegamos más o menos a las 4 de la tarde, y después de esto, ya con la pancita llena, fue ya el viaje hasta Lima; haciendo ocasionales paradas en los grifos de la panamericana sur para estirar piernas y tomar algún cafecito. Terminamos este viaje llegando a casa como a las 10 de la noche. Matados, pero felices de todos los recuerdos que guardamos de ésta taaaaan extrema experiencia, y con ganas de repetirla algún día – pero mejor 😃
En el siguiente mapa, les compartimos tooooda la Ruta Huancaya – Lima que terminamos haciendo:
Si quieren ver la ruta con más detalle, aquí les dejo el link del mapa. Es tal cual la hicimos, a excepción del comienzo donde nosotros tomamos la Prialé, pero salvo esa parte, todo es igual: Ver Mapa
RECOMENDACIONES
- Usen ropa muy abrigadora. Pasarán cerca a nevados, no es broma. Buenos guantes, tapabocas y térmicos para las piernas.
- Lleven provisiones. Unos sanguchitos, frutitos secos, agua. Pasando Río Blanco no hay NADA hasta Carhuapampa / Tanta.
- Lleven medicamentos para la altura, mucho Panadol forte, Apronax para los dolores musculares, y si es posible, un termo con Mate de Coca y agua caliente.
- Usen mucho bloqueador en la cara. El sol de sierra es fuertísimo y atraviesa los visores del casco.
- Revisen bien el mapa y estén muy atentos. Los desvíos no son tan visibles, se pueden pasar y desviar.
- La Mayor parte del camino es trocha, por lo que deben llevar su kit de llantas por si algo llegara a suceder. Olvídate de encontrar alguna llantería cerca que te auxilie.
- La única señal telefónica que llega hasta estos lugares es Claro, así que si eres cliente de otra compañía, te recomendamos llevarte un chip Claro prepago con saldo para que puedas comunicarte (Por allá no los venden).
Si lo que buscan por ahora es una ruta un poco más «light», no se pierdan de hacer Obrajillo y la cordillera de la viuda, que también se suma a nuestras favs cerca de Lima. No te vayas sin ver ésta ruta en el blog 🙂